lunes, 20 de febrero de 2017

cartas al blog....




FUENTEGALANA


Admiro a Juan Ramón desde que le conocí estrechamente en el trabajo, fue compañero mío. Ya entonces -y desde siempre- su pasión eran las cepas, revelándose como un innovador y un estudioso de su cultivo.
Recuerdo acompañarle algún día en busca de no sé qué tipo de bravíos por el Madrid de los Austrias para luego, en su viejo Seat 124 ó 1430, no recuerdo bien, marcharnos a Cadalso mientras me iba explicando cómo creía firmemente en el regadío de las cepas cadalseñas. Algunos desconfiaban de ello extrañados, cuando menos, de sus prácticas renovadoras en la materia. 


Juan Ramón tiraba de un carro que cada vez pesaba menos porque muchos se iban bajando. En cambio él, en su incansable labor de proselitismo vitivinícola cadalseño, animaba a subirse al carruaje a tantos que tuvieron en las viñas su principal y, a veces, único medio de vida. Los tiempos, como las añadas, cambian y las formas de ganarse la vida con ellos. Pero Juan Ramón siguió fiel a su amor y a su afición por todo lo relacionado con la vid.
Su entusiasmo siempre es inquebrantable y contagioso. Sabe transmitir el cariño por su oficio a todo el que cambia impresiones con él, el cual queda gratamente impresionado al oírle sus bastos conocimientos (y sentimientos) sobre una materia tan ancestralmente arraigada en Cadalso y en España.

Debe sentir ahora una alegría inmensa al ver como otros muchos, tantos años después de sus inicios, comienzan a subirse exultantes a ese carro de bueyes -con cangilones metálicos llenos de uva- y que, desde entonces, sólo dos o tres ocupaban inasequibles al desaliento. De antes y de ahora le acompañan en Cadalso de los Vidrios (Madrid): Bodegas Alberto Ayuso, "su" Bodega Fuentegalana, Bodega Cooperativa Cristo del Humilladero, Bodega Frontelo, Bodega Los Truchas, Bodega Aumesquet Garrido, Bodega Miguel Santiago, Bodega Comando G y otras más pequeñas y familiares… Acreedoras, todas ellas, al mayor de los reconocimientos en esta crianza que se me antoja un arte de lo más creativo. Su trabajo enamorado merece el éxito emparejado a la recompensa más entusiasta.

A lo largo del año paso con mi bici decenas de veces delante de su "Fuentegalana" y no puedo remediar mirar con una alegría indisimulable ese paraje que ha convertido en un paradisíaco viñedo, vergel digno de los más sobrios y celestiales del Dios Baco
La zona es de un encanto natural, histórico y "cuasi cadalseño", arrebatador. Saborear sus caldos en ese entorno invadido de innumerables y bellos colores, es de por sí un privilegio sólo al alcance de los buenos catadores de vinos y sensibles degustadores de estos paisajes privilegiados. 


Juan Ramón Carrillo es un hombre afable, atento, buen conversador y que alberga un gran sentido del humor. 
Su origen de cadalseño trabajador, generoso y hospitalario, le delata constantemente. Servidor, siempre se siente apreciado por este hombre cálido, sonriente y bueno; fiel reflejo de nuestra querida tierra. 

Él es… ¡¡¡como sus vinos!!!  


   Miguel MORENO GONZÁLEZ

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